Hablábamos de cambiar nuestro interior para que cambie la situación a nuestro alrededor, pues lo de fuera no es sino el reflejo de lo de dentro.
Para cambiar lo de dentro hablábamos de escuchar más a menudo que ocurre en nuestro interior. Pararnos más veces al día a percibir como nos sentimos. ¿Nos sentimos de una forma que nos gusta, o hay otro sentimiento con el que nos encontramos más en paz?. Si descubrimos que estamos vibrando de un modo que no nos gusta demasiado y que nos gustaría más sentirnos de otro modo en esa misma situación, hemos hecho un gran avance. Hemos detectado un área en la que actuábamos por inconsciencia.
Si el mundo externo no es otra cosa que nuestro reflejo interior, y resulta que experimentamos sensaciones desagradables, es obvio que nos vamos a encontrar con cosas que no serán de nuestro agrado, fruto de un reflejo de ese sentimiento “des-agradable”. Si no nos gusta demasiado lo que sentimos, no nos gustará mucho lo que ocurre en el plano físico. Si un momento dado descubres en tu interior, que si pudieses elegir, preferirías sentirte de otro modo, por analogía es que hay cosas en el exterior que te gustaría que fuesen de otro modo. Y lo interesante es que cambiando tu forma de percibir cambiaras lo de fuera.
Para comprobar que lo de fuera es el reflejo de lo de dentro es tan sencillo como mantener los ojos abiertos cuando empieces a cambiar. Tan pronto empieces a cambiar por dentro, si estás atento, detectarás que fuera también hay un cambio. Y lo mejor de todo esto es que no tienes que hacer nada, solo estar atento, escucharte, ser consciente de lo que ocurre dentro de ti. Cuando empieces a identificar sentimientos que no te gustan, solo siendo consciente de ellos, sin pretender modificarlos, empezarán a cambiar, pues tu subconsciente pudiendo sentirse bien no va a elegir sentirse mal.
Si actúas-sientes desde la carencia es lo que obtendrás en tu vida. Si actúas desde la abundancia, eso reflejarás.
Hablando de todo esto, quiero hacer un matiz importante; Una cosa es actuar con precaución pero sin miedo y otra actuar con precaución pero albergando miedo. Son 2 cosas muy parecidas pero muy diferentes. Y solo uno las distingue en su interior, pues a la vista, percibidas por otro pueden resultar prácticamente igual, pero desde dentro, si te paras a escuchar como te sientes, observarás que la vibración es muy diferente.
Todos contamos con esta teoría y muchísima más, pero si queremos ver resultados hay que aplicarla muchísimo más a menudo, y sobre todo, en los lugares y momentos que no la solemos aplicar, ahí está el verdadero cambio.
Y el cambio se produce, con solo ser conscientes, nada más. Sin interpretaciones, sin más pensamientos. Solo escuchar nuestros sentimientos, como son, aceptarlos, pues si queremos aceptar lo de fuera habrá que aceptar lo de dentro.
Y cuando hay aceptación todo Es.